La gratitud es una sensación de estima, que tiene que ver con reconocer y apreciar algo que nos ha pasado o algo que hemos obtenido o algo que tenemos. Esto crea una serie de sentimientos positivos que a su vez nos producen sensaciones agradables.
La psicología positiva se ha interesado profundamente en estudiar este rasgo, no solo la gratitud como práctica y sentimiento sino también todo aquello que surge interna y externamente gracias a ella. Distintas investigaciones dentro de este campo han determinado que la gratitud mejora la percepción del bienestar, modifica y transforma la actividad cerebral, no solo en nosotros sino tambien en quienes reciben nuestras muestras de gratitud.
Algunas de sus contribuciones al bienestar integral son las siguientes:
Mejora la salud física: Un estudio realizado en la Universidad de Illinois desveló que las personas que suelen experimentar gratitud también reportan menos dolores y se sienten más saludables.
Estimula la resiliencia: Una investigación realizada por psicólogos de la Universidad George Mason en veteranos de la guerra de Vietnam descubrió que las personas que experimentaban mayores niveles de gratitud también tenían menores niveles de estrés postraumático. La gratitud reduce considerablemente el estrés y nos permite asumir una actitud más positiva ante la vida.
Fortalece la autoestima: la gratitud reduce nuestra necesidad de compararnos con los demás, por lo que nos sentimos más satisfechos con lo que hemos logrado.